Cuando necesitas un descanso... después de unas malas vacaciones.
Las vacaciones no siempre salen según lo planeado. Entonces, ¿qué puede hacer cuando vuelve al trabajo más agotado que cuando se fue, sobre todo cuando todo el mundo da por sentado que ha descansado y recargado las pilas?
En primer lugar, haz balance de tu salud y tu energía. Es posible que te hayas desviado de tus rutinas saludables, tal vez saltándote la actividad física, consintiéndote más de lo habitual en tu vida diaria o pasando más tiempo rodeado de dinámicas familiares desafiantes. Cuando vuelvas, evalúa tu sueño, movimiento, relaciones interpersonales, tiempo al aire libre y relajación, y determina qué necesitas.
A continuación, vuelva al trabajo con calma. Resista la tentación de lanzarse de cabeza al trabajo y prevea un día de transición y recuperación antes de volver a la normalidad. Incluso puedes ampliar uno o dos días tu respuesta automática.
Asegúrate de reflexionar sobre los aspectos positivos de tus vacaciones y reformula y aprende de los negativos. Incluso unas malas vacaciones pueden haber tenido algunos momentos destacados. Y aprovecha los aspectos negativos para aclarar lo que necesitas de tus futuras vacaciones.
Por último, aprovecha la oportunidad para empezar de cero y establecer nuevos hábitos y rutinas. Tu vuelta es un buen momento para establecer prácticas que aumenten tu energía y productividad, como hacer ejercicio, fijarte nuevos objetivos o escribir en un diario cada noche.