LIDERAR CON EMPATÍA
Ser un líder compasivo no es sólo algo agradable de hacer: es una poderosa palanca de satisfacción, productividad y retención de los empleados, especialmente en tiempos difíciles. He aquí algunas formas de practicar y desarrollar esta habilidad de liderazgo esencial y basada en pruebas.
En primer lugar, empiece poco a poco. Demostrar compasión no siempre requiere grandes gestos. Un simple comentario alentador, una breve comprobación o una expresión de gratitud pueden llegar muy lejos.
A continuación, ofrezca ayuda intencionadamente. Cuando un empleado tenga problemas personales, en lugar de hacer preguntas del tipo "¿Necesitas ayuda?" o "¿Hay algo que pueda hacer?" (que a menudo suenan como invitaciones a la acción), ofrece ayuda. (que a menudo suenan como invitaciones a decir "no"), pruebe a preguntar: "¿Qué puedo hacer para serle útil hoy?".
Luego, ve más allá de tu círculo íntimo. No limite su compasión a sus subordinados directos, amigos íntimos o incluso a su equipo inmediato. Sea generoso con su atención y amplíe su influencia.
Por último, celebre la compasión en los demás. Cuando un empleado o colega vaya más allá para ayudar a otra persona, hágaselo saber. Esto ayudará a establecer la compasión como una virtud en su cultura organizativa.
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