top of page

Retos para aumentar la fertilidad en Reproductoras Pesadas

Luciano Keske

INTRODUCCIÓN


Conseguir mejores resultados en el ámbito de reproductores pesados pasa por buscar una buena tasa de eclosión, que a su vez se ve afectada en gran medida por la infertilidad de los huevos.


Fecundación de los óvulos según Bramwell,K. (2002), ocurre debido a una serie de eventos que son la cópula, el almacenamiento y transporte del semen en el oviducto de la hembra, el reconocimiento y penetración de la membrana peri vitelina del óvulo por el espermatozoide y finalmente la unión del gameto femenino y masculino. Si uno de estos puntos no se realiza correctamente, esta operación seguramente fracasará.


La evolución del mejoramiento genético en la avicultura ha logrado avances sorprendentes en la producción de carne, y en contraste, se ha observado que los mismos avances afectan negativamente a la persistencia de la fertilidad en las aves. Ya está establecido que existe una correlación negativa entre el exceso de peso y la eficiencia reproductiva (Dunnington y Siegel, 1996).


En la búsqueda de mejores resultados en la fecundación de los huevos, pasamos por prácticas de manejo, ambientales, nutricionales y de salud, que interfieren directa o indirectamente, y sabemos que, si actuamos en estas situaciones buscando lo ideal para las aves, podemos lograr una excelente productividad.


En la práctica, se han intentado identificar las causas probables de la infertilidad y eliminarlas para que los resultados de la eclosión sean compatibles con el éxito de la actividad. Se sabe que estas causas involucran la genética, pero también involucran las áreas de salud, nutrición y manejo.


En este trabajo de investigación enfatizaremos en el área de manejo, buscando prácticas que apunten a mejorar los índices de fertilidad en lotes de reproductoras pesadas..


FECUNDACIÓN DE ÓVULOS


El semen eyaculado se deposita en el oviducto y mediante contracciones pasa a la vagina, y en 24 horas los espermatozoides desaparecen del lumen del oviducto, pero pueden permanecer viables durante un largo periodo en esta región.


En la unión uterovaginal y en la región del infundíbulo se encuentran unas glándulas tubulares especializadas llamadas “glándulas hospedadoras del esperma”. Todavía no existe ninguna conclusión científica que dilucide el mecanismo de entrada de los espermatozoides a las glándulas y su supervivencia. Los resultados de esta investigación seguramente contribuirán a mejorar las tasas de eclosión.


Algunos estudios han presentado la idea de que después de la oviposición, los espermatozoides migran desde la región útero-vaginal al infundíbulo con el objetivo de promover la fecundación, ya que la ovulación también es desencadenada por ese proceso.


Dado que la fecundación ocurre en el infundíbulo, otro requisito es la liberación de suficientes espermatozoides por parte de las glándulas huésped y su transporte a lo largo del oviducto hasta el infundíbulo.


Con los resultados de los datos recopilados de varias empresas, podemos ver que existen variaciones de linaje en la fertilidad, indicando diferencias en la capacidad de almacenar y liberar los espermatozoides o incluso mantenerlos aptos para la fertilización.


Sistema reproductor del pollo y ubicación de las glándulas hospedadoras de los espermatozoides.
Sistema reproductor del pollo y ubicación de las glándulas hospedadoras de los espermatozoides.

INFERTILIDAD


Cuando hablamos de infertilidad relacionada con los gallos, podemos enumerar algunos factores que tienen una estrecha correlación con ella, y que deben ser evaluados constantemente para identificar las posibles causas de este problema.


En primer lugar, los machos deben ser capaces de producir espermatozoides que sean móviles y capaces de unirse a la membrana peri vitelina y penetrarla para fertilizar el óvulo. Es importante que cada paso sea exitoso para que se produzca una fertilización exitosa.


Sabemos que el peso y la uniformidad, así como el porcentaje de machos en relación a las hembras, afectan directamente a la efectividad de las cópulas, siendo este un segundo paso para la fecundación de los óvulos en la hembra.


Según Rutz et al., la cantidad de esperma depositado en la vagina de las aves excede (en miles de millones) el número de espermatozoides necesarios para fecundar de 1 a 15 ovocitos. Las investigaciones realizadas en pollos han demostrado que sólo entre el 1 y el 2% de la población inicial de espermatozoides llega a las glándulas huésped en la unión uterovaginal. De éstos, aproximadamente el 1% (o el 0,0001% de la dosis utilizada en la inseminación artificial) llega al infundíbulo (Brillard y Bakst, 1990; Brillard, 1993; Bakst et al., 1994).


Un punto muy discutido es la caída de las tasas de fertilidad después de las 45 semanas de vida de las aves, y esto ha sido demostrado en varios estudios de investigación donde se reporta que la capacidad de los gallos para producir espermatozoides viables para la fertilización sigue siendo normal, sin embargo, el interés por La cópula y su eficacia han mostrado un descenso después de esta edad.


Fuente: Bramwell, K. Avian Advice, volumen 4, número 2, 2002.
Fuente: Bramwell, K. Avian Advice, volumen 4, número 2, 2002.

Trabajos de investigación en el área de la salud han demostrado que el virus de la bronquitis y las dietas ricas en vitamina D3 y calcio pueden estar asociados a la formación de cálculos epididimarios que obstruyen parcial o incluso totalmente el lumen del conducto encargado de la maduración de los espermatozoides. Por lo tanto, se produce una disminución del potencial de fertilización de estas aves.


Trabajar con diferentes fórmulas de alimentación durante el periodo de producción para machos y hembras ha demostrado que los requerimientos son diferentes, y que la alimentación utilizada para las hembras puede tener un efecto negativo en los machos, principalmente debido al alto contenido de proteínas y calcio en las fórmulas.


En el caso de las hembras, la infertilidad de los óvulos se debe principalmente a una menor eficiencia de la cópula y también a la baja capacidad de almacenar, conservar y liberar los espermatozoides de las glándulas del huésped.


Según las investigaciones de McDaniel (2002), la cantidad de 100 millones de espermatozoides por dosis seminal para reproductoras jóvenes es suficiente, pero para gallinas viejas, la dosis mínima de espermatozoides aumenta a 200 millones, demostrando en este caso que la capacidad de almacenamiento también se ve afectada por la edad de las hembras.


Estos factores se observan con mayor frecuencia en matrices más antiguas. Después de las 40 semanas de edad, la hembra necesita una mayor frecuencia de cópulas para mantener una alta fertilidad, mientras que a esta misma edad, la libido del macho comienza a disminuir y se muestra menos interesado, y aun así, se sabe que algunas gallinas son incapaces para mantener los espermatozoides viables.


El exceso de peso, o un desequilibrio en la conformación de las aves, produce una mayor acumulación de grasa y masa muscular en la pechuga (encarnación) lo que dificulta la realización de cópulas completas, reduce la producción de huevos y aumenta la mortalidad (verano), mientras que la obesidad reduce la capacidad de la hembra para almacenar esperma, disminuyendo la fertilidad (Jeanna Wilson, 2002).


Se sabe que debe existir un adecuado aporte de nutrientes para que las aves tengan un perfecto equilibrio entre la deposición de carne magra y la deposición de grasa, además de, por supuesto, aportar la energía suficiente para mantener las actividades vitales y producción de huevos.


Otro dato que llama la atención es un estudio de Fontana et al (1992) que indica que el 43,2% de los huevos infértiles fueron producidos por sólo el 4,1% de las hembras del rebaño. Esto nos lleva a pensar que algunas hembras no aceptan a los machos y otras no son buscadas por ellos. Sabemos que la libido de las hembras se ve afectada por su entorno reproductivo (hay o no machos presentes) y por su posición social. La receptividad varía de un ave a otra, lo que afecta la fertilidad, ya que la hembra puede estar dispuesta o no a aparearse.


Distribución equilibrada de nutrientes para la conformación de las aves.
Distribución equilibrada de nutrientes para la conformación de las aves.

Los huevos con peor calidad tienen mayor tasa de infertilidad, pero este hecho puede ser consecuencia de varios factores donde la calidad de los huevos es más un efecto y no la causa, o veamos, las gallinas demasiado pesadas tienden a poner huevos en el suelo, dejando su calidad por debajo de lo ideal, sin embargo, se sabe que estas hembras también tienen una menor capacidad de almacenamiento de esperma y tienden a no presentarse a la cópula con frecuencia, es decir, la calidad de los óvulos no fue el único factor de infertilidad.


El medio ambiente también ha sido un factor importante que contribuye a la infertilidad de los óvulos, donde las altas temperaturas son responsables de un menor número de espermatozoides que atacan la membrana perivitelina. Esto puede estar relacionado con la pérdida de la calidad del semen por parte de los machos cuando se los somete a altas temperaturas y también con la pérdida de la capacidad de las hembras de mantener viables estos espermatozoides.


MANTENIMIENTO DE LA FERTILIDAD


En el caso de los machos, conviene recordar que las células de Sertoli proliferan entre la segunda y la duodécima semana de vida de las aves, y una de sus principales funciones es actuar como "protectoras" de los espermatozoides en maduración, resultando un factor limitante en la cantidad de espermatozoides que madurarán y serán viables para fertilizar los óvulos.


Con base en esta afirmación, debemos actuar sobre el desarrollo de las carcasas de los gallos, procurando que tengan un desarrollo adecuado entre la 5ta y 12va semana de vida, ya que con seguridad tendrán mayor probabilidad de un adecuado desarrollo de las células de Sertoli, sin embargo, el desarrollo hasta las 5 semanas no debe ser estimulado con cantidades de proteína y energía por encima del estándar, ya que podríamos estar creando carcasas demasiado grandes, lo que interferirá en la fertilidad después de las 40 semanas de vida de las aves. Esto sucede porque un ave por encima del promedio tiende a tener mayores requerimientos de mantenimiento, y en este caso el ave puede cumplir con este requerimiento imponiéndose a las demás aves, lo que dará como resultado aves de rechazo, o estos gallos no podrán cumplir con sus necesidades y entrarán en fallo reproductivo, y aunque puedan parecer hermosas aves, su sistema reproductivo está atrofiado.


Un punto que ha contribuido en gran medida al manejo de las manadas machos es la crianza en un ambiente oscuro. Se ha observado que los lotes criados en aviarios sombreados o en casas oscuras presentan mejor uniformidad y consecuentes resultados.


Durante la fase final de la crianza de los machos, se deben proporcionar estímulos alimentarios mayores y graduales para completar el desarrollo y comenzar la maduración de su sistema reproductivo. Según Terra, R. (ACAV, 2005), la selección en esta etapa ayudará a preparar a las aves para el apareamiento, ya que podremos corregir pequeños detalles y determinar la estrategia de estimulación alimentaria desde ese momento hasta el apareamiento. Los estímulos pueden variar de 5 a 8 gramos por semana, dependiendo de la conformación y desarrollo pectoral de los machos a esta edad. Separarlos en categorías nos hará más fácil esta fase.


Otro ítem que ha sido frecuentemente mencionado en las prácticas de manejo es la evaluación de la cobertura de carne (conformación corporal) para machos y hembras, ya que actualmente trabajamos con linajes de “conformación”, por lo que nada más apropiado que tomar este ítem en consideración al momento de evaluar también aves para cría.



Durante el periodo de producción se ha procurado separar los machos ligeros de los pesados, situándolos en zonas separadas, evitando así la competencia entre las distintas categorías y contribuyendo a una adecuada uniformidad por box o aviario. Estas selecciones dan mejores resultados cuando se realizan a las 25, 35, 45 y 55 semanas de edad, buscando mantener las aves con una complexión “atlética”, que facilite el apareamiento.


El uso del “spiking” o “intra-spiking” mejora la tasa de fertilidad, pero debe realizarse de forma adecuada para no comprometer el progreso del lote. El objetivo es provocar “desorden” en las familias, provocando una reacción de la mayoría de machos de la caja, quienes, para confirmar a sus hembras, aumentarán la tasa de cópulas, aumentando en consecuencia la fertilidad. Esta mejoría generalmente debería durar entre 4 y 5 semanas.


En el caso de las hembras, hay que recordar que a medida que envejecen pierden la capacidad de almacenar, conservar y liberar esperma, y esto es fisiológico y se están realizando muchas investigaciones al respecto.


Otro factor que contribuye a la pérdida de fertilidad es el aumento excesivo de peso, ya que dificulta la cópula y también interfiere en los puntos mencionados anteriormente. La ganancia de peso se puede controlar fácilmente con un manejo adecuado de la alimentación, especialmente en la fase final de crianza y durante el período de producción, donde se debe observar cuidadosamente lo siguiente:


  • Incentivos alimentarios antes del inicio de la producción;

  • Aumentos en los alimentos correlacionados con aumentos en la producción;

  • El volumen de alimento que se debe suministrar en el pico de producción

  • El inicio de las retiradas de alimentos.


Al actuar sobre estos parámetros se consigue un control más riguroso de la ganancia de peso de las hembras y se consigue un equilibrio para un adecuado desarrollo de la canal, masa muscular, acumulación de grasa y producción de huevos.


Se debería prestar mayor atención a las hembras en relación a la fertilidad de los óvulos, ya que ésta generalmente se atribuye sólo a los machos, y con el paso de los años y con el aumento de los trabajos de investigación en este ámbito han surgido una serie de problemas relacionados con ellas.


CONCLUSIÓN


Para lograr una adecuada curva de fertilidad con reproductores modernos, algunas de las actitudes a tomar incluyen programas de alimentación y manejo de machos y hembras, apuntando al correcto y completo desarrollo de los sistemas reproductivos de ambos, y evitando ganancias o excesos de peso.


Las áreas de salud y nutrición deben ser evaluadas de forma constante y objetiva para que los resultados sean los mejores posibles.

Categorias

Estudio Genómico de Salmonella ser. Enteritidis de Granjas Avícolas en Argentina: Epidemiología y Resistencia Antimicrobiana en Veinte Cepas

Retos para aumentar la fertilidad en Reproductoras Pesadas

Microbiología de los Alimentos: ¿Por qué es crucial?

Nuestro Instagram

LOGO-GIF-329X329[2].gif

Somos un equipo de profesionales apasionados por la avicultura cuenta con más de 30 años de experiencia en diversas áreas del sector.

Somos la plataforma digital líder en avicultura latinoamericana y estamos comprometidos en ayudarte a alcanzar tus objetivos.

Únete a ABC Avícola

¡Gracias por unirte!

bottom of page